9.7.10
escrito por Nicolás Igarzábal a las 1:09 a. m.
PRESENTA: LOMITOS ARGENTINOS

HOY: DECLARACIÓN DE LA INDEPENDENCIA

Para entender los hechos que sucedieron el 9 de julio de 1816 hay que recordar la Revolución de mayo de 1810. Ese día los criollos proclamaron la libertad y juraron lealtad a la corona española, chamuyo conocido como "La máscara de Fernando VII" para expresar que "el Rey era un careta total".

Entre 1812 y 1816 entonces, San Martín inició una campaña a nivel latinoamericano, a lo Calle 13, donde cruzó los Andes para ir a esquiar y de paso liberó a Chile del poder del Virrey Beto Cuevas. Después recaló en Perú y fue testigo del primer concierto de Los Saicos (conocidos por su tema punk "Echemos abajo al Cabildo Abierto"). Mientras tanto, en nuestras pampas, Belgrano perdía con los españoles hasta en el TEG. Los realistas lo habían vencido en la batalla de Pertusi-tusi y en la bahía de San Birabent. La derrota más dura fue en las costas de Baleirón, donde sólo quedaron 1.000 Vivos de sus soldados.

El abogado de orientación militar había creado la bandera argentina, aunque al principio fue rechazada porque tenía inscripta la frase "De esa miel no comen las hormigas. Rosario presente" (1) y la alusión a Patricio Rey podía remitir al viejo régimen monárquico. La Asamblea del año XIII, además, ya había cortado todo lazo de dominación europea, aboliendo la tortura, la esclavitud y los discos de Chala Rasta, por considerarlos "extranjerizantes" e "inescuchables" (definidos muchas veces como "música para gauchos", despectivamente).

A mediados de 1815, el Director Supremo Ignacio Álvarez Thomas (quien años más tarde se juntaría con Federico Lacroze para inaugurar un famoso salón de baile para jóvenes) mandó un email convocando a Tucumán a los diputados de todas las provincias, "para ver quiénes se copaban con declarar la independencia o armar unos partidos de truco", pero nadie le dio forward. Entonces el funcionario dobló la apuesta, ofreciendo sanguchitos de miga y coca-cola, y ahí sí, aceptaron todos. La Banda Oriental mandó una murga dirigida por Don Augusto Teysera y el gobernador de Córdoba, al abuelo de la Mona Jiménez. Paraguay era una país independiente ya, que exportaba yerba mate, actores de telenovelas y vedettes pulposas de escaso talento. Pronto iban a hacerse más visibles las diferencias entre unitarios y federales, dicotomía que siglos más tarde se trasladó como ricoteros vs. ceratianos.

Originalmente, la histórica asamblea iba a celebrarse el 2 de julio de 1816, pero no pudo concretarse porque el lugar no tenía las suficientes salidas de emergencia y los inspectores municipales lo clausuraron. Además consideraban que el local estaba habilitado para reuniones de té y música en vivo, pero en las normas no se especificaba nada de "declaraciones de independencia o cosas así de zarpadas" (2). Finalmente tuvo que realizarse una semana después, donde se empezó cantando el Himno Nacional Argentino y una versión a capella de "Ayer nomás". La presentadora del evento fue Martina Ritrovato y, como grupos sorpresa, tocaron Kapanga, Las Pelotas y Massacre. Todos los asistentes coincidieron en que había que emanciparse de la corona española y apurarse a terminar los sanguches de jamón y tomate porque eran un espectáculo.

El Congreso se disolvió en 1820, año que marcó el inicio de la Anaquía del año XX, donde los criollos coreaban temas de los Sex Pistols en señal de protesta, hasta la caída del gobierno de Buenos Aires ("God Save The Directory" era el hit contra Sarratea). En 1826, el presidente Bernardino Rivadavia -famoso por la cantidad de cuadernos que usaba en su despacho- ordenó que el 9 de julio se conmemorase conjuntamente con el 25 de mayo, considerando que "con una fiesta por año estaba todo bien" (3). En 1836, en cambio, Juan Manuel de Rosas dispuso que no, que se celebraran las dos fechas patrias por separado, "porque con dos partuzas por año se duplicaban las chances de mojarla". Y así fue.

Por Felipe Ñapi

Foto: Julieta Gutierrez

(1) “Gambeteando a la Historia Argentina”, de I. Noble (Ediciones de la Quema, Morón, 1998)

(2) “El día que Luca y yo hablamos del 9 de julio”, de R. Pettinato (Ediciones Pachuco Cadaver, Buenos Aires, 1986).

(3) “Historia Argentina: situación de estupefacientes, rock, fútbol y sala de ensayo”, de A. Calamaro (Editorial Camboya, Buenos Aires, 2002).
 



8 Comentarios


At 12:24 p. m., Anonymous Anónimo

De esa miel no comen las hormigas. Rosario presente"

jajaja me meee !!! muy bueno !!!

 

At 2:28 p. m., Anonymous G.

Lo mejor de todo: los libros citados.

 

At 3:24 p. m., Blogger Cuello de Pavo

“El día que Luca y yo hablamos del 9 de julio” ajjaaj

 

At 9:32 p. m., Anonymous el pulpo del mundial

si si, jajaaa graciosísimo... ¿alguién notó que la presi estaba (más) alzada que de costumbre en el acto?
Merca de la buena...si no la consiguen ellos...

 

At 11:51 p. m., Anonymous claudio

estupefacientes futbol sala de ensayo.

 

At 1:33 a. m., Anonymous Diane Arbus

JAJAJJA. FELIPE ÑAPI, ES GENIAL PORQUE EL VERDADERO APELLIDO ES PIÑA, JAJAJAJ. ENCIMA EN LA FOTO TIENE UN OJO MORADO. JAJAJJAJA.




/off sarcasm.

 

At 8:09 p. m., Anonymous O´Joggin

Chiste repetido

 

At 10:23 a. m., Blogger johana marshall

en lo de los sanguchitos de miga faltaba pappo