escrito por Nicolás Igarzábal a las 2:00 a. m.

Bueno, "Igar", si ese es tu verdadero nombre (¬¬) , me pediste que te describiera los mejores momentos que viví junto a una de mis bandas favoritas... ¿
Almafuerte? No ¿
Los Violadores? No ¿
Deep Purple? ¿
Dos Minutos? ¿
Attaque 77 -versión Hangar 2003-? None of them. Voy a escribir sobre la banda con más huevos en la sub-escena local. Una banda que supo tocar el cielo a principios de los '90, y sufrió -como muchas- el abandono de las discográficas al año siguiente de haberles chupado la sangre. Pero ellos siguieron, grabando cada vez mejores discos, en sellos independientes, y así, independientemente, llegaron a cifras incalculables para cualquier bandita que hoy en dia se considere así. Sólo por dar unos datos: en Perú, 130.000 personas, en Argentina, 10.000 personas en tres funciones seguidas en el
Teatro Opera, tocaron para 30.000 personas en Chile, Ecuador... y la lista sigue. No voy a decir el nombre todavía, porque quiero que lean los datos objetivamente antes de saber de qué banda estamos hablando.
He vivido y crecido en el ambiente del heavy, el punk rock, y esas cosas que ahora que existe
Pomelo suenan chistosas... Pero el rock es una actitud, y estos tipos tienen eso en las venas. Punk Rock. Vivieron el exilio del mundo comercial, lucharon y volvieron con todo siendo independientes. A fuerza de canciones. Eso para mí es 100% punk rock. Para gente como yo, que no transa con la mersa bolichera, sus conciertos son nuestras "salidas a bailar", lo más lejano a nuestro género, lo más cercano a un boliche.
Su música... Es complicado definirla, pasaron por muchos estilos, siempre con su sello personal. Es de esas bandas que empieza a sonar el tema y sabés, simplemente sabés que son ellos. Son únicos.
A mediados de 2007, en una fiesta de la cerveza con sabor a inflación, volvió a los escenarios porteños. Y estalló la pasión dormida. Después, un Teatro de Colegiales totalmente agotado (del que sacaron un DVD y CD en vivo hace poco, en el que aparezco varias veces jaja), 5 funciones seguidas en el
ND Ateneo, todas agotadas, y el último estallido fue en la fiesta bizarra del viernes pasado. La capacidad estaba sobrapasada, junto a unos fanáticos como yo organizamos una cuasi-revolución que si no entrábamos, le rompíamos toda la fachada. Sí. Eso y mucho más provoca
Vilma Palma e Vampiros, señores.
Creo que la mayor enseñanza que me dio la banda fue, en resumidas palabras, despojarme de los prejuicios que se generan popularmente, hacer mi propia experiencia, y en base a ella, crear mis propias conclusiones y poder, de esa manera, juzgar a una banda por lo que realmente importa, lo que transmite. Olvidate de si "La Pachanga" te hace reír, o no: yo te aseguro que he vivido pocos recitales (y mirá que fui a muchos, eh!) tan intensos como los de
Vilma.
Concluyendo, amigos, despójense de prejuicios, vayan a ver a
Vilma Palma, escuchen sus discos, y disfruten que tenemos sólo una fuckin' vida.
Este link es un viejo fotolog que tenía, que en su momento hice una crónica del recital en El Teatro. Vale la pena leerlo, es mucho más descriptivo que este mero resumen. Al final hay
un link a un video de ese show, donde se muestra cómo -después del recital- cortamos Federico Lacroze agitando con canciones de
Vilma Palma.
Desde su casa, tu corresponsal....
El Che Vilmapalmista.